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Armas

La Edad Media comenzó en el año 476 con la caída del Imperio Romano de Occidente en poder de los pueblos bárbaros, que con sus armas de acero (espadas, hachas, lanzas, cascos y escudos) resultaron muy eficaces en técnicas y elaboración. Este nuevo e inseguro período, dividió a Europa en pequeños reinos, gobernados por señores feudales entre los cuales los enfrentamientos bélicos eran frecuentes.

Una característica de la construcción de esta época fueron los castillos, protección contra los ataques, construidos en alturas, para poder divisar la proximidad del enemigo. Contaban con muros altos, puentes levadizos y murallas. Además de las espadas, lanzas, hachas, mazas y dagas para la lucha cuerpo a cuerpo, se usaba la catapulta que permitía arrojar piedras de gran tamaño (hasta de 100 kgrs.) y la ballesta que posibilitaba el empleo de flechas.

 

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​1298: Arcos largos: El arco largo lo inventaron en el siglo XIII los galeses. Tenía más de 1,80 m de longitud y disparaba flechas de 0,90 m. Un hábil arquero podía lanzar con exactitud una flecha a unos 225 m, y alcanzar un máximo que superaba los 300.

Cañón: Una vez los europeos dispusieron de pólvora, no tardó mucho en abrirse paso la idea de colocarla en un grueso tubo metálico y, aprovechando su fuerza explosiva, proyectar una bola de piedra o de metal.

 

Los mosquetes podían disparar balas capaces de penetrar la armadura, con lo que ésta empezó a desaparecer. Carecía de utilidad soportar su peso si, a cambio, no ofrecía protección.

1450: Arcabuces: uno de los problemas que planteaba la artillería era que los cañones resultaban pesados y tenían que trasladarse con mucho esfuerzo de un lugar a otro. Sin duda hubiera sido muy conveniente disponer de un cañón lo bastante pequeño como para que una sola persona pudiera acarrearlo.

El arcabuz no era fácil de llevar. Los primeros resultaban tan pesados, que necesitaban soportes.

El martillo de guerra

Arma terriblemente inspiradora de miedo, podía estrujarle las tripas al más valiente con solo pensar que venía hacia él.

Su material de fabricación variaba, aunque era más común que fueran de algún metal.

Escudo

Arma de defensa que sirve para proteger el cuerpo de los golpes del adversario, formada por una plancha de metal o madera que se sujeta con el brazo.

Catapulta

En el ataque a los castillos se utilizaban varios tipos de catapultas, pero la más importante, sin duda, era el Trebuchet. Con un sistema de contrapeso, lanzaba rocas de hasta 150 kilos.

Ariete

El ariete servía para derribar portones y abrir brechas en los trechos más frágiles de la muralla.

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